1. ¿Qué es la filosofía?
Dijo Gilles Deleuze que cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía la respuesta debe ser enérgica, irónica y mordaz. La filosofía no sirve ni al estado ni a la iglesia, hace de la estupidez una cosa vergonzosa. Solo tiene este uso, denunciar la bajeza del pensamiento y hacernos libres. En la antigüedad se consideraba como un camino hacia el conocimiento y la virtud, una forma que tenían los hombres de intentar explicar el origen de las cosas, el por qué, para qué o dar sentido a la vida, una guía de cómo actuar correctamente, ya sea para beneficio de unos pocos, como los sofistas, de la polis o clases gobernantes, como los idealistas, para beneficio de la ciencia, o simplemente para rebelarse contra el poder y abrazar la naturaleza, como los cínicos. Ese encendido de la llama, como decía Sócrates, permitió a algunos encontrar un camino y ser la guía de los que siguieran sus pasos, o agrandaran el sendero. Esto fue así hasta que la llama se apagó, la reflexión fue sustituyéndose por algo más placentero y al alcance de todos: el dogma de la religión. Esta intentó hacerse racional, mezclándose con los antiguos pensadores, intentado ser esa guía y respuesta que estos no llegaban a conquistar por muy elaborados que fueran sus argumentos. Ante la pérdida de poder de la mística que supone el pensamiento crítico, se intentó paliar su uso relegándola a actividad de ocio, pues ese era su origen inicial. Pero el dogma se disipó a la luz inevitable de la nueva ciencia, y con la perdida de la influencia y de poder resurgió de sus cenizas el amor a la sabiduría y al conocimiento perdido.La filosofía es mucho más que una tertulia entre intelectuales de café, o un montón de eternos libros de pensadores con cientos de años, es mucho más que los intercambios de doxa en las redes sociales. La filosofía es, y deber ser, una herramienta para el sabio, el alumno, investigador, el explotado, el explotador, el reo, el justiciero o el rebelde, para el creyente y para el escéptico, pues nos abre la puerta a lo desconocido y a lo pensado, a cuestionar lo incuestionado, a imaginar lo inimaginado, en definitiva, a prepararnos para que nuestra vida y muerte no dependa más que lo que elijamos, dentro de nuestras circunstancias, no de lo que otros hayan decidido como nuestro fin.
2. Comentario de texto: Más Séneca y menos ansiolíticos
Contextualización:El texto es un artículo escrito en el diario El País, el 28 de Abril de 2018, titulado “Más Séneca y menos ansiolíticos” por Juan Arnau, filósofo, astrofísico y ensayista español, especialista en filosofías y religiones orientales.
Tema:
El artículo gira en torno al tema de la superficialidad, la obsesión por la seguridad de una sociedad temerosa de afrontar la realidad, en eterna búsqueda del placer.
Idea principal, análisis:
Yo valgo lo que tengo, no lo que soy, mi sufrimiento justifica toda recompensa, y todas las formas de autoengaño son evocadas en el camino de la auto indulgencia. La televisión, las redes sociales abducen y secuestran nuestro pensamiento, nos impiden el mínimo de reflexión crítica necesaria para afrontar problemas. Tanto el valor como ímpetu que los antiguos filósofos están lejos del estoicismo moderno, donde todo tipo de drogas son escape de una vida que no se adapta a nuestras necesidades.
El texto también analiza el confort que se ha creado en nuestra zona de seguridad, donde únicamente nos sentimos libres, nos protege de quienes nos quieren contrariar, del destino que nosotros mismos nos construimos cuando creemos que la vida debe ser valiosa en base a nuestra abstracción del sufrimiento.
La vida virtuosa, sustituida por la del espectáculo, contraria a la naturaleza y el espíritu de superación, domesticado para sentarse y sentirse cómodo en el sillón de las múltiples opciones de la conexión, lógica que obedece a la subordinación de nuestra ética, alimentando el miedo a sentirse yo camuflado por la vanidad y la codicia, que domina la razón de este planeta.
Ideas secundarias, justificación:
Buen repaso de la corriente estoica ligada a la situación que vivimos en la actualidad, nos hace darnos cuenta que la tecnología avanza para atraparnos mas en los mismos problemas que seguimos sin solucionar. Nuestras preocupaciones siguen siendo eternas, igual que la necesidad de usar la filosofía para enfrentarlas, pero nuestro carácter se ha vuelto mucho más débil y manejable.
Conclusión, síntesis
Nuestra jaula dorada y juguetes último modelo son tan atractivos y hacen la vida tan corta y plácida, mucho más llevadera de los sufrimientos que escapan a nuestro control se empeñan en recordarnos cual frágiles y finitos, que nuestras pilas y vidas pueden acabar en la siguiente partida, que no tenemos copia de seguridad, y no parece preocuparnos, mientras el show continúe.
3. ¿Puede haber justicia en un mundo escéptico?
La justicia depende del conocimiento, así pues ¿Puede haber justicia si nada podemos conocer?Los escépticos examinaban las doctrinas de otras escuelas y las criticaban, interesados en acabar con dogmas y verdades absolutas, que iban en contra de la razón.
La epoché nos conduce a la ataraxia, pero sin juicio no hay justicia, pues la justicia es el reparto de bienes y responsabilidades, el equilibrio. Así ¿Quién estaría cualificado para tal tarea si toda acción tiene un opuesto y nadie es imparcial?
Pero ¿Sería justo no hacer justicia? ¿Y hacer justicia es justo si no sabemos cómo hacer justicia? Según Arcesilao solo queda el Criterio de «lo razonable» “eúlogon”. Según Carnéades no hay ningún criterio de verdad fiable, eso solo nos deja el de “probabilidad”.
En la actualidad el criterio de justicia está definido por unas leyes que han sido redactadas por unos pocos sin consulta alguna al resto ciudadanía y que se basan en otras de tiempos anteriores, que sirven a unos intereses, que no se aplican a todo el mundo por igual, y que no nos queda más remedio que acatar, mas quien no contamos con los medios de usarlas a nuestro favor. ¿Es eso justicia? ¿Entra incluso en el terreno de lo razonable?
Sin embargo, lo asumimos como justo e irremediable, porque la palabra de quien conoce la ley vale más que de quien la sufre. Es el problema de la inacción, aceptar las injusticias no puede dar validez a la justicia. ¿Se debe suspender el juicio? No pensamos que equivale lo mismo morir, ser condenado y privado, que vivir, que cambiar la realidad, porque si lo mismo es estar muerto que estar vivo, eso justificaría todos los asesinatos, el caos y la miseria que unos procuran a otros, la abundancia de unos y la privación de los muchos más, así como la supervivencia de unos a costa de la muerte de otros, y un mundo así no es justo, ni deseable.
El escéptico investiga y duda de todo, lo justo es seguir avanzando hacia la justicia, es decir, el conocimiento y el reparto razonable. Los Diez Tropos de Enesidemo son argumentos que nos dicen que todo es relativo y depende del punto de vista, lo justo para uno es lo contrario para el otro, pero ¿Acaso una vida digna de ser vivida no es lo que todos buscan?
4. Plotino, ¿existe realmente el mal en el mundo, teniendo en cuenta que todo deriva del Uno-Bien?
Plotino incurre en múltiples incongruencias, de las que no puede escapar con una explicación lógica y razonada, entrando más en el campo del dogmatismo y la fe, siendo base para las religiones que surgirán posteriormente, adaptándolos a sus intereses.La materia es la privación del Uno, es limite extremo y pura negatividad, ilimitada e indeterminada, impasible e inactiva. ¿Pero qué produce la materia? ¿Acaso no ha sido creada por el Uno? Plotino dice que los males cumplen un papel positivo en la economía del todo; el mal es insuficiencia del bien, por alejamiento de él. ¿Qué hay de positivo en conocer y hacer el mal? ¿Es bueno conocer el mal para valorar el bien, igual que es bueno corromperse para valorar lo puro? ¿Por qué el creador autosuficiente y perfecto de todo necesita alejar las almas de él, contaminarlas, y después decidir si es digno o no de volver a si misma? Plotino genera más preguntas que respuestas, con sus argumentaciones. ¿Por qué Uno no persevera en su soledad? Quería que todo llegara a ser lo más semejante a él mismo, pero ya era parte de él antes de la emanación. ¿Por qué el alma descendió a los cuerpos? ¿Qué pecado y castigo es por el cual condenarse a la materia? Para ser conscientes del mal y que adquieran una más clara consciencia del bien ¿acaso el creador no conoce el mal?. El alma no desciende libre, sino obligada. El alma tiene culpa cuando se olvida de su origen y se somete a las exigencias del cuerpo, se olvida del uno, con lo que consigue la paralización de los niveles superiores. Pero ¿Cómo puede el alma olvidarse del Uno, si está encadenada a la materia por él? Tender al Uno es aspirar a la propia libertad, pero se necesita guía y orientarse a lo divino ¿Y quién puede orientarnos a lo divino, al Uno, si es inteligible e inefable? Se necesita purificar el alma de todo lo que es extraño, es decir, de todo a lo que se la ha condenado en un principio, a todo, excepto de la felicidad, que es perderse en la nada.
Todas las cosas cuando son perfectas engendran, sin degenerar, algo más complejo, y el uno-bien que es todo y simple, genera el mal desbordándose cuando la materia generada se aleja de él. Desea que todo vuelva a él.
5. La paradoja de Epicuro, el problema del Mal.
Es un clásico de la filosofía, por eso me sorprende que no haya sido abordado en las clases de historia de la filosofia antigua.“El problema del mal es la pregunta de cómo reconciliar la existencia del mal con la existencia de una deidad omnisciente, omnipotente y omnibenevolente. Se afirma que o la deidad no existe o no tiene esas tres propiedades. Los argumentos para lo contrario se conocen como teodiceas” -wikipedia
Partiendo de que el mal, es un concepto indefinible que ocurre y tiene lugar, nos hacemos la primera pregunta, sobre el porqué de su existencia: ¿El dios (deus, zeus "brillo, resplandor") sabe que el mal existe? Si la respuesta es NO, entonces la conclusión es que no es omnisciente, pero si la respuesta es SI, concatena a la siguiente pregunta: ¿Puede acabar con el mal? Si la respuesta es de nuevo NO, entonces no es omnipotente, pero si es SI, volveríamos a preguntar, ¿El dios quiere acabar con el mal? NO demostraría que no es bueno, o que hace uso del mal, SI nos lleva a: entonces ¿Por qué existe el mal? Lo que nos dirige a tres posibles réplicas: 1, para probarnos. Pero si es omnisciente sabe lo que va a ocurrir, no necesita probarnos, por malvado que sea. 2, Por culpa de otro ser, pongamos “el diablo”. Pero si es omnipotente y bondadoso ¿Por qué engendró al diablo y le permite actuar libremente? Lo que nos devuelve a la premisa primera. Y 3, por el libre arbitrio. Pero ¿El dios podría haber creado el universo con libre arbitrio y sin el mal? Si la respuesta es SI, entonces no es bueno. Si la respuesta es NO, entonces no es Omnipotente. Si nos da la libertad de elegir, entre el bien y el mal que él ha creado, y nos dice “no elegíais el mal”, entonces la libertad es seguir sus órdenes o ser castigado por el ¿eso es libertad?
¿Pueden convivir entonces El dios y el mal sin contradecirse? Si el dios creó a los animales, y estos no tienen la capacidad de discernir entre bien y mal ¿Por qué permite que sufran? ¿Por qué los seres vivos evolucionan y se metamorfosean, si el dios los creó perfectos y son víctimas inocentes de los demás? Son preguntas que tienen respuesta, pero las bases de nuestras creencias entonces no son firmes.
By Vykthor Schüler. Calificación: Notable alto.