viernes, 30 de abril de 2021

Antropología social: A tumba abierta, un mundo de drogas

 


Contextualización:

Este texto es un análisis que corresponde a una parte de la tesis doctoral del antropólogo Oriol Romaní Alfonso: "Droga i subcultura: una historia cultura del ""haix"" a Barcelona, 1960-1980", que publicó en 1982. * y un trabajo universitario para la asignatura de antropología social.

Tema: 

Autobiografía oral de “el botas”, un grifota (en argot, definición Persona que fuma grifa o hachís con asiduidad) recogida por un joven  antropólogo Barcelonés, Oriol Romaní, interesado en el mundo de las drogas, la subcultura y la marginación. Romaní explica la vida real de un hombre, apodado el "Botas", con problemas de drogodependencia y marginidad. La descripción de las vivencias de esta persona se nos presenta muy fidedigna, puesto que Romaní para su tesis doctoral realizó un exhaustivo trabajo de campo en el cual, teniendo en cuenta su formación como antropólogo, agrupó las experiencias de personas que consumían sustancias adictivas, entre ellas el mencionado Botas, para estudiar el consumo de hachís en la ciudad de Barcelona entre los años 60 y 80. *

Idea principal, análisis, debates, aportación del autor del libro:

Se narra parte de la autobiografía oral de un segregado del que se sirve el autor para acercarnos al mundo del consumo del Cannabis y otras drogas, e introducirnos en esta subcultura. Deja libre voz y se dedica a trascribir al protagonista, que ya desde sus comienzos, como nos relata fiel en un lenguaje de argot, pasa por un correccional para menores a una edad muy temprana, y entonces ya empezaba a consumir alcohol. Debido a la situación familiar, la muerte del padre a manos de la dictadura, y la falta de recursos de la madre, el protagonista se ve condicionado por la sociedad del momento y las circunstancias de la posguerra española. Convive con una familia de gitanos, tras lo que considera traiciones de su madre y el maltrato sufrido por el clero. Posteriormente ingresará en la Legión, donde va a ir intensificando sus hábitos de consumo de alcohol y de cannabis, propiciados y a veces alentados por los propios superiores y compañeros. A partir de aquí, de su ingreso en la Legión, realiza todo tipo de argucias para conseguir dinero para obtener droga, mantener su forma de vida y, en consecuencia, relatará cada vez más habituales actividades delictivas, que le generarán un delictivo historial. A partir de ahí inicia una trayectoria de ingresos en la cárcel, así como todo tipo de contactos en la ciudad de Barcelona con los aspectos más marginales del Barrio Chino y el mundo de las drogas. Incluso en sus relaciones con parejas femeninas, constatamos también una estrecha vinculación con las drogas, siempre presenta en todo contacto socia y como meta principal en una carrera de obstáculos sin final ni objetivo alguno.

El autor aporta un gran estudio y conocimiento que nos ilustra sobre la introducción de las drogas en la sociedad de los años posteriores al fin de la república. Se destaca principalmente el consumo de cannabis (hachís, marihuana, etc.) que realiza el protagonista, quien adopta el calificativo despectivo de "grifota" por consumir "grifa" o hachís (resina que se extrae de la planta "Cannabis sativa"). Nos encontramos principalmente con los aspectos sociales relacionados con el consumo de narcóticos. Pero, al mismo tiempo, hay también dimensiones espaciales, como pueden ser los principales lugares en los cuales se desarrolla un comercio y consumo de sustancias adictivas ilegales. También se alude a territorios caracterizados por una elaboración de drogas, como es el caso de Marruecos y las colonias, en cuanto al cannabis. Y a otros lugares en los que el consumo está más extendido y legalizado, como en el caso de Holanda. Finalmente, nos encontraríamos de regreso a Barcelona, donde se va desarrollando una aparición de drogas, primero blandas (cannabis) y posteriormente duras (heroína) a partir de la década de los sesenta y acentuándose hacia finales de los 70s y principios de los 80s.

Un problema muy encubierto a debatir y que demuestra la falta de profundidad en el problema de consumo de sustancia tóxicas, es el menosprecio a los drogadictos, considerados como sujetos inmersos en la delincuencia y parásitos que hay que ocultar y estigmatizar. Esta concepción, muy negativa acerca de la droga es producto de una falta de información sobre quién está detrás de la generación de estas adicciones, los intereses que generan a nivel social y económico, y las consecuencias para los consumidores de éstas. En la mayoría de los casos, veremos que los drogodependientes están condenados a una vida turbulenta.

El libro, que podría superar a las ficciones novelísticas más rebuscadas, nos “engancha” con la marginal juventud de su protagonista, relatándonos las consecuencias de todos sus problemas y elecciones personales, como las impactantes “misteriosa” muerte de su admirada mujer, el abandono de su hija, la vida de camello, su paso por reformatorios y la legión como “escuela de drogadictos y alcohólicos”, los sesgos ideológicos y los intentos de convertir marginales en fuerzas de extrema derecha, la subcultura de la subsistencia y el robo para mantenerse “vivo y adicto”, de la gran familia del cannabis, las diferencias culturales entre la dictadura española y la sociedad sueca, la policía brutal controladora y controlada a través de la corrupción y del consumo de sustancias alucinógenas, el oculto problema de la sociedad psicótica y suicida, una sociedad reprimida donde solo pueden expresarse las clases de alto nivel económico que muchas veces son la raíz del problema, el control y dominio de las drogas del mercado, o mejor expresado, el dominio del mercado de las drogas sobre los “protagonista de sus tragedias”.

Dentro del campo de la antropología social y la filosofía, podríamos relacionar los cuestiones abordadas con el etnocentrismo de la sociedad colonial y europea, la economía mundial capitalista del consumo y el colonialismo, la aculturación globalista de las drogas, que llevan al nihilismo y la desesperanza más absoluta de los sinrecursos, a la perdida de la voluntad, la vida dirigida y marcada, el parentesco de los sumergidos en la cueva del olvido, de las redes domésticas y el subsidio de la comunidad estratificada como forma de supervivencia en las marginalidad ante el desprecio de la comunidad y la falta de intervención del estado, que utiliza la distopía servilista para sus propios intereses, como forma de mantener el control de los oprimidos e inadaptados al sistema.

Metodología y Técnicas empleadas para la recogida de datos:

Romaní transcribió en él todas las conversaciones que tuvo con el protagonista de esta obra. Muy en la línea del trabajo de campo de los antropólogos, nos encontramos este ejemplo en el que el autor fue realizando sesiones de entrevistas con este personaje, las cuales eran grabadas para posteriormente transcribirlas ¿no?. Él se limita a transcribir literalmente las expresiones empleadas por el personaje, quien va explicando en primera persona la historia de su vida, lo cual confiere mayor realidad a la narración de los hechos. Con las experiencias de este personaje, podemos observar el arquetipo de un consumidor de sustancias adictivas, ya desde una edad muy temprana. El libro ayuda a comprender la situación a la cual han llegado muchos drogadictos, ya que refleja que el personaje ha seguido una trayectoria plagada de dificultades, creadas por el propio contexto socioespacial en que él ha ido viviendo.

Conclusión, valoración y aportaciones:

¿Por qué hay drogas legalizadas y otras no, cuando las primeras son proporcionalmente más perjudiciales para la salud y han demostrado ser muy tóxicas y dañinas?

Alrededor del año 3.000 a.n.e. ya se utilizaban algunos opiáceos: en Asia el cáñamo, en América hojas de coca como analgésico o en la sociedad Azteca algunos hongos como el peyote. Aunque no se conozca con exactitud cuál fue la primera droga que se usó, el alcohol está entre las primeras ya que es probable que cuando se almacenaba la miel y ésta fermentaba se produjese el primer vino. Desde entonces, las bebidas fermentadas han sido consumidas a lo largo de la historia convirtiéndose en un importante comercio colonial.

El opio es el jugo de un tipo de amapola y hay registros de que sus funciones psicotrópicas eran conocidas ya en el 3.000 a.n.e. Utilizado como alimento, forraje o aceite, fue extendiéndose desde Oriente Medio hacia la India llegando en el siglo IX a China. A Europa Occidental no llegó terapéuticamente hasta el siglo XVI gracias al médico y alquimista suizo Paracelso que difundió el uso de la "piedra de la inmortalidad" en forma de láudano o tintura. En el siglo XIX llega a ser un gran problema sanitario en Occidente ya que la popularización en consumir opio para el ocio incrementó su adicción.

De la amapola sale también la morfina que fue aislada del opio en el siglo XIX para sustituirlo junto con la codeína en los tratamientos médicos. En 1874 se creó el primer opiáceo semisintético, la heroína, que fue comercializado por la fábrica Bayer como sustitutivo del opio y la morfina en los tratamientos de deshabituación. Su alta adicción hizo que en Estados Unidos y en Inglaterra generase una fuerte adicción que fue extendiéndose por el resto del mundo.

Por su parte el cannabis fue originario de Asia Central. Gracias a los registros arqueológicos podemos saber que el cannabis ya era empleado como fuente de fibras textiles en el 4.000 a.n.e. Sus propiedades alucinógenas probablemente fueron descubiertas por primera vez en Oriente, ya que algunos escritos chinos de hace 3.000 años indicaban que el cáñamo tomado en exceso hace ver monstruos y que si se usa largo tiempo puede comunicar con los espíritus y aligerar el cuerpo. Actualmente el cannabis es una de las drogas más consumidas en todo el mundo tanto en forma de marihuana, hachís y aceite de hachís.

En América el uso de la coca como estimulante se remonta hacia el 5.000 a.n.e. La planta de la coca crecía de manera silvestre hasta que en el siglo X comenzó a ser cultivada por los indios de Colombia que la difundieron hacia el sur. En la cultura Inca era usada como planta sagrada en rituales. Además como poderoso estimulante la hoja de coca era mascada por los trabajadores para mitigar los efectos derivados de la altitud, el hambre o la fatiga y como medicina para las molestias gastrointestinales, catarros o contusiones. La coca no se exportó a otros lugares hasta que en el siglo XVI llegaron los españoles y se sorprendieron por sus efectos.

En el caso del tabaco, las primeras pruebas de su existencia datan de la cultura maya en el 2.000 a.n.e. aproximadamente, aunque es probable que estuviese ya presente en las antiguas organizaciones de Oriente. Cuando los conquistadores españoles llegaron en 1492 a Haití (Antiguamente Tabago) vieron sus posibles virtudes terapéuticas y la trasladaron al viejo continente también en el siglo XVI exportándolo a Prusia y Filipinas y de allí hacia China. Por su parte Portugal lo exportó a Italia, África, Java, India, Japón e Irán.

Pero la droga con más adicción a lo largo y ancho del planeta es la cafeína. Aunque la planta existía hace miles de años en Etiopía, su difusión empezó en Arabia en el siglo X. Cuenta la leyenda que un monje al observar cómo quedaban de excitados los animales después de comer sus frutos decidió probarlos. En el siglo XVIII el café se propagó por Europa llegando a producir el 70% de la producción mundial.

La historia de la humanidad relata guerras comerciales y de poder por el control de recursos,  las drogas y sustancias psicotrópicas son uno de los capítulos principales, aunque ocultos muchas veces. Sustancias que han pasado de tener uso terapéutico o chamánico original en muchos casos a ser componente de ocio de la burguesía, a darle uso de control de la población.

El debate sigue siendo: ¿Por qué un sujeto puede consumir alcohol, tabaco, esteroides anabólicos, cafeína, ansiolíticos y somníferos, que generan dependencia, hasta reventar, morir o matar, que no tienen ningún efecto terapéutico para la salud, que generan cáncer y producen altos costes para la atención sanitaria pública, pero plantas medicinales demonizadas son ilegalizadas? Las drogas legales causan 30 veces más muertes que las ilegales.

Pero el consumo de sustancias químicas legales o ilegales, tóxicas prohibidas y permitidas, que generan problemas de salud y cáncer de forma abiertamente clara y muchas veces encubierta, la dependencia, el fanatismo y los efectos psicológicos para el ciudadano y los que le rodean, que nos producen la falta de educación e información, la presión social, la sociedad “anónima”, entraría en el siguiente nivel de profundización al que un estudio más extenso podría conducirnos, si realmente al lector le interesara llegar a la raíz de los problemas.


Bibliografía:

Fermín Agustí: Las drogas y su origen. Ser/historia, 2013.

Oriol Romaní Alfonso: "Droga i subcultura: una historia cultura del ""haix"" a Barcelona,1960-1980.

Joan Martínez Cerdà: Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales 
Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9796] Nº 83, 22 de abril de 1998.

* Para la Contextualización y el apartado Tema, se han utilizado los textos  de las reseñas bibliográficas de la universitat de Barcelona.

Autor trabajo: Vykthor Schüler

Calificación UNED: Sobresaliente.