jueves, 31 de marzo de 2022

¿Qué es realmente el liberalismo económico? Sus origenes

 

El LIBERALISMO es una tradición de pensamiento político que ha gozado de amplia hegemonía en la civilización occidental, siendo la corriente contra la cual se han definido y formado buena parte de las restantes.
Hoy día, vivimos en sociedades que se basan fundamentalmente en los PRINCIPIOS de esta tradición:

•individualismo
•libertad individual
•igualdad
•propiedad privada
•imperio de la ley
•división de poderes, etc.

La tradición LIBERAL no constituye para nada un cuerpo homogéneo o cerrado de ideas, por lo que sigue estando en el centro del debate teórico y político. Su misma historia ha estado plagada de crisis que le han obligado a modelar su teoría y práctica.

1. Orígenes y fundamentos de la tradición liberal

El LIBERALISMO comienza como movimiento político a mediados del siglo XVII. Triunfa definitivamente a lo largo de los dos siglos siguientes, contribuyendo a una transformación sustancial de las sociedades de la época.
Esta transformación tuvo muchas causas, siendo las más importantes las CUATRO GRANDES REVOLUCIONES que marcaron el nacimiento de la modernidad:
1. La revolución CIENTÍFICA: el consecuente uso de la razón.
2. La REFORMA PROTESTANTE: y el establecimiento de nuevas iglesias, cuestionando el poder del Papa y de la iglesia católica, recurriendo a la conciencia individual y la libertad religiosa.
3. La revolución ECONÓMICA: supuso la llegada del CAPITALISMO, la instauración de la propiedad privada y la ruina definitiva de la economía feudal.
4. Las revoluciones POLÍTICAS INGLESA, AMERICANA Y FRANCESA: con su instauración de nuevas formas de poder social y colectivo, con el reconocimiento de los derechos y libertades civiles y políticas de los ciudadanos.
A todo ello se suma la ILUSTRACIÓN, el nuevo modo de conocimiento y racionalidad.

El LIBERALISMO se nutrió de todos estos acontecimientos hasta configurar un modelo ideopolítico específico que en el núcleo se basa en la tensión entre:
1. La vindicación del individuo, sus derechos y sus libertades y
2. El reconocimiento de la necesidad de un poder externo, pero limitado y dividido.
Los autores que configuraron el primer liberalismo, o LIBERALISMO CLÁSICO fueron:
· Locke
· Montesquieu
· Hume
· Bentham
· Adam Smith
· Kant
· J.S. Mill

Si hubiese que definir un momento preciso en el nacimiento del LIBERALISMO, éste sería el de los LEVELLERS. Estos fueron un grupo de pequeños propietarios y miembros del ejército de Cromwell que en la Inglaterra de mediados del siglo XVII logró plantear públicamente una serie de demandas de libertades y derechos individuales.
El LIBERALISMO muestra desde sus mismos comienzos en el siglo XVII una constante preocupación por el problema del individuo y su lugar en la sociedad. La lucha contra el autoritarismo político, religioso y social en las sociedades tradicionalistas de aquella época llevaron al LIBERALISMO a configurarse como una fuerza crítica, revolucionaria y emancipadora cuya base residía en una NUEVA CONCEPCIÓN DEL INDIVIDUO.

EL INDIVIDUO para el LIBERALISMO (CLÁSICO):
El individuo se postula para el LIBERALISMO como criterio o valor a partir del cual deben definirse la naturaleza y los fines de la acción individual, de la sociedad y del Estado. Bajo tal concepción INDIVIDUALISTA, el individuo es un ser que tiene una vida independiente, que precede a cualquier tipo de grupo o asociación. Es un sujeto racional, capaz de dirigir por si mismo su propia conducta y de determinar cuáles son sus preferencias, necesidades y fines. Es un ser motivado por la voluntad de satisfacer sus deseos e intereses mediante un cálculo racional de beneficios.
El individuo liberal también es un PROPIETARIO, ya que es poseedor de su propia persona y capacidades, así como de los frutos de su trabajo. Así, se desarrolla básicamente a través de la constante acumulación de posesiones en competencia con otros.
Y como ese individuo es así, sólo puede realizarse de forma ordenada y correcta a través del establecimiento de un espacio de LIBERTAD e iniciativa PRIVADA en el que pueda actuar SIN INTERFERENCIAS externas o con las mínimas imprescindibles para el disfrute de su libertad y posesiones.
Así, el PROPIETARISMO se convierte en elemento básico de la concepción liberal-clásica del individuo. El atributo POSESIVO es el atributo esencial del individuo. Es el que hace posible la auténtica libertad moderna. Es la clave de un modelo de conducta individual que deriva en virtud pública (porque, según Adam Smith, el individuo, en la medida en que persigue sus intereses, también promueve un fin o bien social que no entraba en sus intenciones de partida).
Para el LIBERALISMO CLÁSICO, los individuos son soberanos sobre sí mismos. Son libres e iguales, poseedores por sí mismos de un derecho natural a la libertad y a la igualdad que la sociedad y el Estado están obligados a respetar, proteger y promover. Sin embargo, aunque el LIBERALISMO tiende a concebir la libertad como inherente a y como fin último de todo individuo (un birthright), tiene presente que la misma necesita ciertas restricciones.
Por esto mismo los LIBERALES CLÁSICOS, conscientes de que la libertad absoluta generaría interminables conflictos, se mostraron dispuestos a reducir la libertad en aras de la libertad misma.
Para ellos, ésta no consistía en la posibilidad de que cada cual pudiera hacer lo que quisiera, sino en estar libre de la violencia de los otros, en la ausencia de coacción o interferencia. Esto, como LOCKE sostuvo, no puede lograrse donde no hay ley.
Aquí podemos detenernos para definir entonces LIBERTAD en el LIBERALISMO CLÁSICO:
La libertad no consiste en que cada uno haga lo que quiera, sino en la ausencia de coacción por parte de los demás”. (LIBERTAD NEGATIVA)

LA SOCIEDAD para el LIBERALISMO (CLÁSICO):
La concepción liberal del individuo tiene fuertes implicaciones para la sociedad y la forma en que ésta debe ser organizada. Como consecuencia de lo dicho, se concibe la sociedad como un conjunto de individuos y nunca como una entidad que tiene atributos específicos o distintos de los que ya poseen sus partes por separado. Es un cuerpo ficticio, obra y fruto de la voluntad de unos individuos que la crean por conveniencia, para hacer posible la vida en común y para dividir el trabajo y poder incrementar así nuestro poder sobre la naturaleza.
Así entendida, la sociedad supera las posibilidades que ofrece la vida en el estado de naturaleza. El hecho de ver la sociedad como un conjunto de individuos plurales, diversos, conlleva pensar que estos están en constante competencia y conflicto entre sí.

Los 3 PROBLEMAS básicos que se plantearon al LIBERALISMO (CLÁSICO):
Este pluralismo y los conflictos inherentes al modelo liberal de individuo y sociedad plantea problemas relacionados y recurrentes a lo largo de toda la tradición política liberal:
1. ¿Cómo alcanzar y preservar una sociedad pacífica y ordenada teniendo en cuenta la natural pluralidad y conflictividad entre diferentes individuos con fines e intereses igualmente plurales y potencialmente antagónicos?
2. ¿Cómo constituir la sociedad de manera que las libertades y derechos individuales estén protegidos de las interferencias del Estado, de los grupos sociales o de otros individuos?
3. ¿Cómo organizar la sociedad de modo que los distintos intereses y fines individuales en conflicto puedan influir en la toma de decisiones políticas?

EL ESTADO para el LIBERALISMO (CLÁSICO):
Todas estas cuestiones condujeron a la convicción de que la mejor solución a los inconvenientes del pluralismo y el conflictivismo inherentes a su modelo de individuos y de sociedad era la constitución de un poder común o Estado al que los individuos únicamente tendrían que ceder su derecho natural de castigar a quienes hubiesen dañado su libertad y posesiones. Sin embargo, temerosos de los peligros de la concentración del poder en manos de unos pocos o del propio Estado, los liberales clásicos dedicaron buena parte de sus esfuerzos a alcanzar un equilibrio entre el individuo y sus derechos y el Estado y sus poderes potencialmente coactivos. Se llegó a la conclusión de que la acción del Estado debía de tener unos límites claros. Es importante señalar que:
1. Los límites se derivan de la existencia de ciertos derechos individuales que el poder político tiene que respetar, proteger y promover.
2. El Estado tiene la obligación de gobernar mediante leyes generales y conocidas de antemano, porque sólo así puede evitarse el ejercicio arbitrario, ilegítimo del poder. Sólo así será posible el imperio de las leyes, y no el de los hombres.
3. Es necesario evitar la concentración del poder en manos de una persona u órgano, es decir, la moderna división y equilibrio de poderes.
Pero nada de lo dicho ofrece una respuesta precisa de qué forma de gobierno debería establecerse para respetar lo mejor posible todo lo anteriormente señalado.
El GOBIERNO REPRESENTATIVO fue para los liberales clásicos la forma de gobierno más adecuada, a diferencia de la tiranía y de la democracia (a la cual tachaban de inestable e incompatible con la seguridad personal y los derechos de propiedad). [Los FOUNDING FATHERS americanos pensaban que la libertad estaba amenazada por la democracia, porque para ellos, el concepto de libertad no estaba ligado al de democracia, sino al de propiedad]. Defendían la MONARQUÍA CONSTITUCIONAL.

DISPOSICIONES FINALES (LIBERALISMO CLÁSICO):
Es fundamental tener claro que para la mayoría de los liberales clásicos, el verdadero sujeto político era el PROPIETARIO (“sólo la propiedad hace a los hombres capaces para el ejercicio de los derechos políticos” – Benjamin Constant).
Así, el gobierno representativo tiene para ellos un valor INSTRUMENTAL; lo conciben como un mecanismo político necesario para la preservación de otros fines superiores, en especial, de la propiedad privada y la iniciativa individual.
La libertad política sería únicamente una garantía de LIBERTAD INDIVIDUAL. Algo cuya consecuencia última sería la plena subordinación del ciudadano al individuo y de la política a la economía. [El CIUDADANO está subordinado al INDIVIDUO. La POLÍTICA está subordinada a la ECONOMÍA].

2 La crisis del Liberalismo y sus consecuentes reformulaciones


El LIBERALISMO CLÁSICO se configura, pues, alrededor de un conjunto de principios que sirven de base para la defensa de un modelo de sociedad liberal y de economía de mercado sometidos a constantes cambios.
Tanto es así que las sociedades que surgen como consecuencia del CAPITALISMO INDUSTRIAL a mediados del siglo XIX ya son muy diferentes de aquellas en las que nació el LIBERALISMO (s.XVII).
Transformaciones más relevantes del siglo XIX:
· El enorme desarrollo de la INDUSTRIA
· El fin del capitalismo individual y la creación de gigantescas ORGANIZACIONES ECONÓMICAS
· La importancia de los BANCOS
· La emergencia de nuevos problemas económicos, sanitarios, educativos, etc.
· La ampliación de los sujetos de derechos políticos y acceso de la ciudadanía a la política
· El nacimiento de los PARTIDOS y SINDICATOS

Todas estas transformaciones cambian drásticamente la naturaleza y condiciones de las sociedades en el camino al siglo XX.

Se acentúa especialmente la INTENSA ACTIVIDAD REGULADORA DEL ESTADO con un doble (y contradictorio) propósito:
1. Organizar el funcionamiento de la economía capitalista.
2. Mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la población.
La tradición liberal se vio sometida a una larga crisis al surgir la necesidad de unir las anteriores ideas de libertad con la creciente demanda de organización social. Otras corrientes de pensamiento político amenazaron con paralizar y derrotar el liberalismo, por lo cual muchos liberales de la época concluyeron que si el liberalismo quería mantenerse como una
fuerza viva, tenía que redefinir su teoría y práctica políticas y crear un nuevo liberalismo para dar continuidad a la tradición y ofrecer una respuesta ideológico-política a los nuevos tiempos. Estos intentos de reforma discurrieron en sentidos muy distintos, con dos modelos bien diferenciados que constituyeron, finalmente, el LIBERALISMO CONTEMPORÁNEO, a saber:
1. El Liberalismo SOCIAL
2. El Liberalismo CONSERVADOR
Para muchos liberales de la época, el aumento de la pobreza y miseria, el empeoramiento de las condiciones de vida y trabajo y el declive económico ponían en evidencia la creencia liberal, la clásica, de que el desarrollo económico solucionaría por sí mismo estos problemas sociales.
Así, defendieron un amplio programa de reformas sociales que aspiraba a forjar un nuevo orden social con condiciones de vida imprescindibles para la liberación y el desarrollo de las potencialidades de todos los individuos.
Esa nueva forma de organización social debería reconocer, protegiendo la libertad de los individuos para desarrollar sus capacidades, un amplio papel a la acción del Estado.
Perfilaron un nuevo LIBERALISMO “SOCIAL” (s. XIX – XX) con dos fundamentales características:
1. El distanciamiento de buena parte de los presupuestos y objetivos del liberalismo clásico (dado que no habían resuelto los problemas existentes).
2. Una mayor sensibilidad hacia las enormes desigualdades e injusticias que el desarrollo capitalista había generado. [Autores del nuevo LIBERALISMO SOCIAL: Stuart Mill, Samuel, Hobhouse, Hobson, Dewey, Keynes, Rawls]
Pero aquellos intentos de revisión del programa liberal también dieron lugar a un nuevo LIBERALISMO CLÁSICO, que rechazó la creciente regulación económica y asistencia social del Estado cada vez más aceptada por la propia tradición liberal. Esta otra vertiente nueva del liberalismo, el LIBERALISMO CONSERVADOR (s. XIX – XX) se caracterizó por el empeño en recuperar el INDIVIDUALISMO POSESIVO y los principios básicos de la sociedad de mercado defendidos por el liberalismo clásico. [Autores del LIBERALISMO CONSERVADOR: Spencer, Mises, Hayek, Nozick] Este liberalismo conservador es abiertamente despreocupado por las desigualdades e injusticias sociales y sumamente hostil hacia la creciente intervención del Estado.
Por tanto, la crisis del liberalismo clásico dio lugar a los DOS grandes rostros contemporáneos del liberalismo.

3. El LIBERALISMO SOCIAL: la revuelta contra la LIBERTAD NEGATIVA

El LIBERALISMO CLÁSICO entendía la libertad como la más amplia y posible AUSENCIA DE COACCIONES EXTERNAS a la iniciativa individual y tenía, en consecuencia, una concepción RESTRINGIDA DE LAS FUNCIONES DEL ESTADO. Sin embargo, muchos liberales de finales del siglo XIX y principios del siglo XX percibieron claramente que las consecuencias prácticas de esa idea básica fueron sumamente perniciosas para la mayoría de los ciudadanos, para la sociedad y la misma economía. Porque esa idea básica (la “LIBERTAD NEGATIVA”) ofreció la cobertura ideológica perfecta para el enriquecimiento de una pequeña parte de la sociedad y el empobrecimiento de la mayoría de la misma.
Esquematizando, se puede decir que la idea clásica de LIBERTAD NEGATIVA tuvo 4 grandes consecuencias negativas:
1. El enriquecimiento de una pequeña parte de la sociedad.
2. Aumento de la pobreza y la miseria para la mayoría.
3. Ausencia de la regulación legal de las condiciones laborales.
4. Concentración del poder en manos de unos pocos.
Todo esto hizo necesario un nuevo liberalismo que cargó decididamente contra la DOCTRINA DE LA LIBERTAD NEGATIVA del liberalismo clásico.
El individualismo propio del LIBERALISMO CLÁSICO buscaba ofrecer un escenario para la satisfacción de los deseos e intereses individuales como medio para que cada cual, a través de sus propias iniciativas, encontrase el trabajo que mejor cuadrase con sus habilidades y obtuviese la recompensa y posición que por capacidad y méritos le correspondiese. Al mismo tiempo, creía, las energías y esfuerzos de unos se verían complementadas con las de otros y todos ellos, según ADAM SMITH, promoverían, sin siquiera pretenderlo, la armonía social.
A finales del siglo XIX se hizo evidente que dicho individualismo estaba fundado en un conjunto de principios erróneos. Además de esto, quedó claro que había dejado de ser aplicable en las nuevas condiciones sociales y económicas. Así, el viejo individualismo tuvo que ser sustituido por un NUEVO INDIVIDUALISMO.

Visión del INDIVIDUO del nuevo LIBERALISMO SOCIAL:
Para este nuevo individualismo, el individuo, además de ser racional, también es un ser SOCIAL y AUTÓNOMO. Un ser que sólo se podría desarrollar plenamente en condiciones adecuadas.

Visión de la SOCIEDAD del nuevo LIBERALISMO SOCIAL:
Según esta nueva concepción del individuo, la SOCIEDAD ya no constituye una simple conjunción de individuos egoístas, sino una ENTIDAD COLECTIVA, formada por individuos INTERDEPENDIENTES, capaces de ayuda mutua.

De este modo, el LIBERALISMO SOCIAL (a diferencia de los enfoques SOCIALISTAS o CONSERVADORES) sigue siendo tan INDIVIDUALISTA como su tradición clásica, pero lo es de otro modo. Y es distinto porque aboga por un nuevo tipo de individualismo, el INDIVIDUALISMO SOCIAL.
El nuevo sujeto e INDIVIDUO SOCIAL debe ser forjado en la práctica, en íntima conexión con los cambios de las relaciones sociales.
Por tanto, sostiene que la individualidad de cada uno se forja histórica y socialmente y que el pleno desarrollo es imposible sin la existencia de ciertas condiciones que tienen que ser garantizadas por la sociedad y el Estado. [DEWEY es quien mejor expresó tal idea: el individuo es un LOGRO, obtenido con la ayuda de condiciones culturales y físicas].

La visión del ESTADO del nuevo LIBERALISMO SOCIAL:
Tales consideraciones supusieron un cambio sustancial en cuanto al alcance de la acción del Estado. Éste se hace mucho más importante para el liberalismo social. Mientras que la visión clásica (y la conservadora) ve en la acción del estado un mecanismo de restricción de la libertad individual, el nuevo LIBERALISMO SOCIAL la percibe como una CONDICIÓN NECESARIA para el ejercicio de la libertad de todos. Por tanto, la experiencia y maduración del propio Liberalismo le condujo a reconocer que la Libertad no es sólo una noción negativa, sino también positiva (según ASQUITH).
Sin embargo, los liberales sociales también creyeron que la libertad debía ser restringida en los casos en los que pusiera en peligro el desarrollo de otros o el bienestar social. Y esto tuvo especial importancia en relación al DERECHO DE PROPIEDAD, dado que ésta tiene también un carácter SOCIAL, porque cualquier propiedad y riqueza es en parte producto del esfuerzo de muchos individuos y no de un único.
Por tanto, el DERECHO DE PROPIEDAD tiene que ser un derecho LIMITADO por el Estado (con impuestos, límites a la acumulación, etc.), dado que el fin último ahora es el libre desarrollo individual, pero esta vez el DE TODOS, el bienestar social. De todo esto surge la necesidad de que el Estado tenga el DERECHO y la OBLIGACIÓN de regular su uso y disfrute.
Para el Liberalismo social, el desarrollo del individuo y el ejercicio de la libertad en sentido POSITIVO están profundamente unidos con la IGUALDAD y con la JUSTICIA SOCIAL. La tradición creía que las desigualdades sociales eran el lógico e inevitable resultado de la libre competencia.
El Liberalismo social sostiene que dichas desigualdades son, en buena medida, producto de las DIFERENTES CIRCUNSTANCIAS SOCIALES y PERSONALES. Cree que el resultado de la deseable competencia está claramente influido por las CONDICIONES en las que cada individuo inicia dicha competencia. Por eso mismo insiste en ir más allá de la necesaria eliminación de las discriminaciones y en la IGUALDAD ANTE LA LEY para garantizar la IGUALDAD DE OPORTUNIDADES.

Ésta se conseguiría a través de un plan de reformas sociales que estableciese políticas públicas de salud, trabajo, educación, destinadas a IGUALAR LAS CONDICIONES DE PARTIDA en la competición. Por tanto, el Estado debe ofrecer a los individuos ciertos recursos sin los cuales no les sería
posible el ejercicio de la libertad en sentido positivo. Y esto, para el Liberalismo social, es especialmente importante en lo referente al conocimiento, a la educación (que, según RAWLS, es la “oportunidad de oportunidades”),
la condición básica para asegurar una auténtica igualdad de opciones en la competencia social. La igualdad de oportunidades, pues, exige una importante ampliación del alcance y funciones del Estado. [Esta misma idea es la que constituyó a la justificación del posterior Estado INTERVENTOR, que supuestamente debía alcanzar el pleno empleo y poner fin a la pobreza]
En resumidas cuentas, el LIBERALISMO SOCIAL concibe al Estado como:
1. Instrumento para la organización y dirección de la propia economía capitalista y
2. Para el logro de la igualdad de oportunidades y la justicia social.
Dicho todo esto, podríamos llegar a pensar que el LIBERALISMO SOCIAL quizás podría llegar a asumir cualquier medida que pretendiese perseguir el incremento del bienestar social o de la redistribución de la riqueza a costa de restricciones de las libertades fundamentales.
Como se puede deducir de esta insinuación personal por mi parte, esto no es así.
La LIBERTAD sigue siendo claramente el principio más importante del liberalismo, por encima de cualquier otro principio de justicia.
El Liberalismo social ha sido partidario de ir más allá del modelo de democracia representativa “protectora” característico del liberalismo clásico. Insistió en la necesidad de extender los derechos políticos hasta el SUFRAGIO UNIVERSAL, reconociendo con ello los derechos políticos de las mujeres.
La libertad política no es una simple garantía de libertad individual. Es un postulado social imprescindible para el pleno desarrollo individual y para la implicación del individuo en su comunidad política. Por esto mismo, muchos pensadores del liberalismo social defendieron una democracia representativa basada en una CIUDADANÍA ACTIVA y PARTICIPATIVA, a través de gobiernos locales y referéndums.

4. El LIBERALISMO CONSERVADOR: la reacción contra la LIBERTAD POSITIVA

En el mismo momento en el que el LIBERALISMO SOCIAL comienza a redefinir el liberalismo, también lo hacen los NUEVOS LIBERALES CLÁSICOS.
Lo hicieron a partir de una valoración radicalmente crítica de la realidad sociopolítica en la que estaban inmersos. Esta visión crítica se centró sobre todo en lo que ellos consideraron la SOBRELEGISLACÍON. Para ellos, ésta constituía una enorme e injustificada ampliación constante del alcance y los fines de la
acción del Estado. La percepción del LIBERALISMO CONSERVADOR de mediados del pasado siglo y el de la actualidad es muy similar, considerando ambos el triunfo de los Estados del bienestar como la realidad innegable.
El rasgo más característico del LIBERALISMO CONSERVADOR es su aversión hacia la ampliación de las funciones del Estado, la hostilidad contra la libertad positiva. Está marcado por un pasado social y político IDEALIZADO que pretende reinstaurar y percibe como un terrible error la creciente intervención reguladora que exige el control del funcionamiento de la economía de mercado y el establecimiento de las condiciones propicias para el logro de la libertad positiva (HAYEK consideró una osadía intelectual racionalista creer que es posible planificar y controlar el desarrollo de la vida social y económica). Para el LIBERALISMO CONSERVADOR, la primera consecuencia de esa importante actividad estatal es fomentar la PASIVIDAD DE LOS INDIVIDUOS, anular su iniciativa, convertir a los individuos en sujetos adictos a las ayudas del Estado. El triangulo de hierro (como lo denominó Milton y Rose Friedman) formado por la CIUDADANÍA, los POLÍTICOS y la BUROCRACIA, acostumbra a los ciudadanos a pedir cada día
más y por tanto obliga a ampliar la burocracia y su poder y, al final, convierte a los POLÍTICOS en sujetos omnipotentes a la vez que sometidos a la presión de los ciudadanos.
La LIBERTAD POSITIVA, según el LIBERALISMO CONSERVADOR, convence al individuo de que lo que en algún momento sólo fue compasión o caridad se ha convertido en DERECHO.
Así, volver a recuperar los principios del auténtico liberalismo exige ofrecer una respuesta correcta a la cuestión central de qué puede y qué no puede hacer el gobierno y el Estado. El LIBERALISMO CONSERVADOR responde a esta pregunta intentando recuperar el INDIVIDUALISMO RADICAL del liberalismo clásico, para el cual los individuos únicamente existen como VIDAS SEPARADAS. Por lo tanto, la Visión del INDIVIDUO del LIBERALISMO CONSERVADOR es la misma que la del LIBERALISMO CLÁSICO.
Siguiendo la tradición liberal, para el LIBERALISMO CONSERVADOR, la PROPIEDAD PRIVADA es el primero y más importante de los derechos individuales. Es la más importante garantía de la LIBERTAD INDIVIDUAL.
Consecuentes con esto, esta tendencia admite muy pocas restricciones (incluso el ULTRALIBERALISMO no admite ninguna, considera el más mínimo impuesto un robo). El derecho a la apropiación y acumulación ilimitada de posesiones se convierte para el liberalismo conservador en un fin en sí mismo, coartada perfecta para la reaparición y defensa del CAPITALISMO SALVAJE.

Visión de la SOCIEDAD del LIBERALISMO CONSERVADOR:
Como sugiere HAYEK, la sociedad es poco más que un ORDEN ESPONTÁNEO, que cobra realidad a través de la libre competencia entre individuos. Según el LIBERALISMO CONSERVADOR la libertad no consiste en la posibilidad de que cada cual haga lo que quiera – es un principio de carácter negativo que alude directamente a la ausencia de la coacción que deriva de la voluntad de otro. Consiste única y exclusivamente en la posibilidad de decidir y de actuar dentro de un ámbito en el que la coacción o interferencia externa queda reducida al mínimo.
Este ámbito, sin embargo, exige la existencia del Estado, dado que sólo éste puede protegerlo y preservarlo. Son conscientes de que la “esencia característica de la propiedad es la DESIGUALDAD”, pero ese es un mal necesario, el precio que hay que pagar por su función social, por su papel en la preservación de una civilización y economía capitalistas que han logrado las más altas cotas de libertad individual, desarrollo económico y progreso social.
En cuanto a la IGUALDAD, el LIBERALISMO CONSERVADOR solventa la cuestión recurriendo a la mera IGUALDAD ANTE LA LEY. Únicamente entienden la IGUALDAD DE OPORTUNIDADES como carrera abierta a los talentos. Ningún obstáculo debe impedir que las personas puedan lograr
aquellas posiciones acordes con sus talentos. Por lo tanto, excluyen cualquier procedimiento de JUSTICIA SOCIAL o de redistribución de la riqueza con el fin de asegurar a todos las condiciones relacionadas con el acceso a la educación, la sanidad, la vivienda o el trabajo. Porque todo esto, según ellos, conduciría a un intento de igualar las potencialidades de salida de cada individuo lo cual conduciría al paternalismo y la omnipotencia estatales, así como al intento por parte del gobierno de fijar fines y metas sociales que los individuos deben perseguir (y esto no sería más que un nuevo paso hacia el CAMINO DE SERVIDUMBRE, según HAYEK).
Por esto mismo, el LIBERALISMO CONSERVADOR considera necesario prescindir del concepto de JUSTICIA SOCIAL y remitir la solución de los problemas que ella trata a la caridad privada.

Visión del ESTADO del LIBERALISMO CONSERVADOR:
¿Cuál es entonces el ámbito de actuación legítima del Estado? El LIBERALISMO CONSERVADOR ha dado varias respuestas al respecto (básicamente 3):
1. Los ULTRALIBERALES sostienen que es preciso vender el Estado en pequeñas piezas y devolver todas sus tareas y funciones al mercado, dejarlas en manos de la iniciativa privada y avanzar de esta manera hacia una SOCIEDAD SIN ESTADO (donde reinaria el caos capitalsita, la ley del mas fuerte).
2. Menos radical es la posición de NOZICK y SPENCER, que opinan que las funciones del Estado deben ser mínimas y EXCLUSIVAMENTE PROTECTORAS, limitándose a defender los derechos naturales del hombre.
3. Sin embargo, la posición liberal-conservadora más representativa al respecto es la de HAYEK: además de la protección, el Estado debe ser capaz de realizar otras funciones de producción imprescindibles para el buen funcionamiento de una sociedad libre. Así, algunas de las funciones que la mayor parte del LIBERALISMO CONSERVADOR considera propias del Estado son:
· el control de la propiedad privada
· la eliminación de los monopolios
· el establecimiento de una educación básica gratuita
Eso sí, siempre que se limite a FINANCIAR y no a GESTIONAR.
Pero entonces, ¿cómo tomar las decisiones colectivas con la mínima intervención del Estado? El LIBERALISMO CONSERVADOR aboga por modelos REPRESENTATIVOS y PROTECTORES de democracia que han llegado a denominarse en conjunto como ELITISMO DEMOCRÁTICO, siguiendo uno de sus más conocidos críticos, MACPHERSON.
Para el LIBERALISMO CONSERVADOR CONTEMPORÁNEO, la democracia es una POLIARQUÍA, un sistema que se caracteriza por la existencia de una pluralidad de grupos de interés y presión que se han convertido en auténticos centros de poder que han suplantado a los ciudadanos y tratan de determinar la toma de decisiones políticas buscando satisfacer sus propios intereses. Estamos así ante un pluralismo posesivo que no es más que la continuación lógica del individualismo posesivo en el que se basa (MACPHERSON).

5. Las tensiones del Liberalismo (actual)

La tradición liberal disfruta hoy de una excelente salud teórica, aunque no parece que ocurra lo miso en el terreno de la práctica, porque no tiene expresiones políticas institucionalizadas tan poderosas como las SOCIALISTAS o CONSERVADORAS. Su importancia y poder reside en que ha logrado CONTAMINAR al resto de tradiciones políticas que han llegado a desdibujar sus perfiles ideo-políticos para acercarse a ésta. Este acercamiento puede deberse a que la tradición liberal constituye una especie de frontera entre el conservadurismo y el socialismo (estas dos tendencias han absorbido buena parte de su ideario).

Así, el LIBERALISMO SOCIAL sigue con su defensa de:
1. El INDIVIDUALISMO SOCIAL
2.
La revuelta contra la exclusividad de la LIBERTAD NEGATIVA y la apuesta por complementarla con la LIBERTAD POSITIVA
3. El establecimiento de límites a los DERECHOS DE PROPIEDAD
4. IGUALDAD ANTE LA LEY e IGUALDAD DE OPORTUNIDADES
5.
Mayor y mejor DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA a través de procedimientos de JUSTICIA SOCIAL
6.
Amplio grado de INTERVENCIONISMO ESTATAL
7. DEMOCRACIA REPRESENTATIVA con potenciación de la PARTICIPACIÓN CIUDADANA.

El LIBERALISMO CONSERVADOR se ha fijado como objetivo el RECUPERAR EL INDIVIDUALISMO POSESIVO y los principios básicos de la SOCIEDAD DE MERCADO defendidos por el primer liberalismo.
Se muestra claramente despreocupado por las desigualdades e injusticias sociales y defiende:
1. El INDIVIDUALISMO POSESIVO
2. La PROPIEDAD PRIVADA como derecho absoluto
3.
La LIBERTAD exclusivamente NEGATIVA
4.
La reducción de la IGUALDAD a la IGUALDAD ANTE LA LEY
5.
El rechazo a la redistribución de la riqueza
6.
La reducción al mínimo o incluso la DESPARICIÓN DE LAS TAREAS DEL ESTADO
7. La DEMOCRACIA PROTECTORA y ELITISTA.

Desde los inicios de la modernidad hasta el presente, se ha producido una confrontación abierta de la tradición liberal con la alternativa SOCIALISTA (y la comunista), la reacción CONSERVADORA (neoliberal) y la crítica ANARQUISTA (anticapitalista y libertaria). Estas confrontaciones siguen hoy día, porque, como es lógico, mientras se sigan defendiendo modelos ideo-políticos rivales, el conflicto entre ellos es inevitable

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