sábado, 4 de agosto de 2018

Teoría: Los aliens no pueden despegar.


Desde la década de 1950 existe una paradoja respecto a la vida en el Universo a la que aún no hemos podido encontrar una respuesta definitiva. Se conoce como la Paradoja de Fermi y básicamente dice lo siguiente: Si aceptamos que en la inmensidad del Universo debe de haber incontables formas de vida más allá de nuestro planeta, y que por tanto deberían existir numerosas civilizaciones avanzadas… ¿por qué no las hemos encontrado todavía?
Durante más de medio siglo han surgido diversas respuestas a este planteamiento abierto y contradictorio, como por ejemplo: esas civilizaciones existen pero el Universo es demasiado grande para que podamos contactar, o existen pero no quieren comunicarse con nosotros, o incluso quizá se estén comunicando pero nosotros no podemos detectar sus señales. Las ideas para resolver el absoluto silencio cósmico de la Paradoja de Fermi son muy variadas, y esta semana podríamos añadir otra posible respuesta a esa cuestión: quizá no puedan despegar.

Las civilizaciones inteligentes en SuperTierras tienen muy difícil desarrollar un programa espacial | imagen NASA / Comparación entre la Tierra y Kepler-452b.

Han pasado más de veinte años desde que descubriéramos el primer exoplaneta (51 Pegasi b) y desde aquel momento hasta nuestros días hemos detectado unos 4600 planetas fuera de nuestro sistema solar, de los cuales más de 3200 son exoplanetas confirmados. La dificultad de detectar exoplanetas tan lejanos hace que muchos de estos cuerpos encontrados sean muy grandes, ya que son más fáciles de detectar, sin embargo estos enormes mundos vienen con un problema añadido: su gravedad es tan intensa que hace casi imposible escapar de ella.
Es el caso de las SuperTierras, cuerpos rocosos mucho más grandes y masivos que nuestro planeta en los que, si están en la zona de habitabilidad, se podrían dar las condiciones necesarias para soportar la vida.
Pero… ¿Qué haría falta para escapar de la gravedad de esos planetas tan masivos?
El astrofísico Michael Hippke, del Observatorio alemán de Sonneberg, ha hecho los cálculos y los ha publicado en la sección de astrofísica del repositorio científico arXiv en un artículo cuyo título deja bastante claro el problema: “Las SuperTierras necesitan cohetes extremadamente grandes”, o en su primera versión: “El vuelo espacial desde las SuperTierras es difícil”.
En una SuperTierra se necesitarían cantidades enormes de masa y combustible para despegar un cohete como los del programa Apollo | imagen NASA

La velocidad de escape en la Tierra es de unos 11 km/s, o dicho con otras palabras, para que un cohete consiga abandonar nuestro planeta necesita alcanzar una velocidad de escape de unos 40.320 km/h. Estas cifras nos sitúan en un planeta donde viajar al espacio es difícil pero es posible, sin embargo, en planetas mayores y más masivos que la Tierra el escapar de la gravedad sea casi imposible, al menos con los medios y tecnologías que conocemos.

Hippke nos pone un ejemplo para entender mejor la situación de estos pesados planetas, como Kepler-20b, un exoplaneta el doble del tamaño de nuestro planeta y 10 veces más denso, la velocidad de escape allí es 2,4 veces la de la Tierra, es decir, 26,9 km/s. Esto significa que la hipotética civilización que habitase esa SuperTierra necesitaría aumentar en 55.000 toneladas el combustible necesario para lanzar al espacio una carga similar a la del Telescopio James Webb.
Si por ejemplo, esa civilización de extraterrestres en Kepler-20b quisiera tener su propio programa Apollo, sus cohetes deberían ser capaces de albergar una cantidad increíble de combustible, unas 400.000 toneladas, lo que significaría lanzar al espacio, aproximadamente, el peso total de la Pirámide de Keops.
Como veis, los programas espaciales en planetas del tipo SuperTierras, y si no han encontrado una tecnología que les permita hacer frente a esas elevadas velocidades de escape, serían casi imposibles.
Referencias científicas y más información:
Michael Hippke “Spaceflight from Super-Earths is difficult” arXiv:1804.04727v1 [physics.pop-ph] – “Super-Earths in need for extremely big rockets

Posibles Súper Planetas. Incluso los datos manejados por la NASA hablan de 30.000 posibles planetas habitables a no más de 1000 años luz de la Tierra.

Kepler-452b, el primo mayor de la Tierra que podría albergar vida extraterrestre.

La misión espacial Kepler ha descubierto un exoplaneta muy parecido al nuestro. Los detalles del hallazgo han sido aclarados en la rueda de prensa que la agencia ofreció el 23 de julio de 2015.
«Los exoplanetas, especialmente los de tamaño pequeño, similar al de la Tierra, pertenecían al mundo de la ciencia ficción hace apenas 21 años. Pero actualmente, miles de hallazgos más tarde, los astrónomos están a punto de descubrir algo con lo que las personas han soñado durante miles de años: otra Tierra», se dice en el comunicado oficial de la NASA. En la rueda de prensa que se celebró la agencia espacial estadounidense ha anunciado su nuevo descubrimiento, al que llama «el primo mayor de la Tierra», un planeta localizado en una zona habitable de una estrella similar al Sol. Su nombre científico es Kepler-452b y tiene unas características muy parecidas a la Tierra, aunque es un 60% más grande. Un año en este planeta dura unos 385 días, y el cuerpo celeste cuenta además con volcanes activos. Sin embargo, todavía se investiga si contiene agua y oxígeno.

 

Comparación entre los sistemas Kepler-452, Kepler-186 y el nuestro. Kepler-186 es un sistema solar en miniatura que cabría entero dentro de la órbita de Mercurio.[/caption]
«Esto es realmente fascinante, Kepler-452b recibe el mismo espectro e intensidad de luz que aquí en la Tierra», dijo Daniel Brown, experto astrónomo de la Nottingham Trent University. «Esto significa que plantas como las de nuestro planeta podrían crecer allí, y que tu piel se broncearía de igual forma», añadió. La estrella que cobija a Kepler-452b se ubica a 1.400 años luz de distancia, en la constelación de Cygnus, y tiene una antigüedad de 6.000 millones de años, es decir, 1.500 millones de años más vieja que nuestro sol. De también haberse cumplido las mismas condiciones evolutivas en este exoplaneta descubierto por la misión Kepler, la vida allí podría haberse desarrollado de tal manera que exista una civilización alienígena que nos lleve millones de años de ventaja. Una posibilidad más que sorprendente si consideramos que algunos investigadores —como Andrew Collins— han sugerido que las pirámides de Guiza están dispuestas siguiendo como patrón a la constelación de Cygnus (la cruz del norte), la misma zona del universo donde se halla nuestro «primo mayor»…

En verde, la constelación de Orión superpuesta sobre las pirámides de Guiza. En rojo, la constelación de Cygnus, donde la alineación es más precisa.

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