Anarquismo es un nombre dado a cualquier filosofía política o social que llame a la oposición y la abolición del Estado entendido como monopolio de la fuerza, y por extensión también al rechazo del gobierno político o de la autoridad social impuesta por la fuerza sobre el individuo, por considerarlos innecesarios o nocivos. Los anarquistas suelen ser críticos de la relación de los individuos con la sociedad de su época con el objetivo de promover el cambio social hacia una futura sociedad, en palabras de Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865), «sin amo ni soberano».
La palabra «anarquía» deriva del griego «ἀναρχία» («anarkhia»). Está compuesta del prefijo griego ἀν- (an), que significa «no» o «sin», y de la raíz arkhê (en griego ἀρχή, «origen», «principio», «poder» o «mandato»). La etimología del término designa, de una manera general, aquello desprovisto de principio director y de origen. Esto se traduce por «ausencia de apriorismo», «ausencia de norma», «ausencia de jerarquía», «ausencia de autoridad» o «ausencia de gobierno».
Si bien el desarrollo formal del anarquismo como movimiento e ideología política, social, económica y filosófica data del siglo XIX, la base de las ideas anarquistas está presente en mayor o menor medida en todos los períodos de la Historia.
Fuera de la historia oficial por motivos obvios, los habitantes del valle del Indo tuvieron una civilización próspera sin gobierno durante más 700 años (2600-1900 a.n.e.) Desde que arqueólogos británicos e indios tuvieron constancia de la existencia de este pueblo, en la década de 1920, han surgido numerosas teorías de su civilización. Una de ellas la apunta ahora Andrew Robinson, autor del libro 'The Indus: Lost civilizations', en un artículo de la revista 'New Scientist'.
La civilización del valle del Indo es la más enigmática de las cuatro grandes que se conocen. Mientras que Mesopotamia, el antiguo Egipto y la antigua China se vanagloriaban de la guerra, en el valle del Indo parece inexistente. ¿Significa esto que una utopía es posible? ¿Cómo lo hicieron y por qué desaparecieron? Solo será posible responder a estas preguntas si los arqueólogos consiguen descifrar su escritura.
El concepto de 'wuwei' combina los dos caracteres 無 ('no' en chino clásico) y 爲 (‘hacer’ o 'gobernar'), y se traduce comúnmente como 'inacción' o 'esfuerzo’. Es uno de los muchos términos que componen el debate político en el centro del Período de los Reinos Combatientes (475-221 a.n.e), durante el cual la disolución de la dinastía Zhou condujo a un período de guerra constante y disturbios, que culminó con la eventual toma de posesión de los estados.
'Wuwei' llegó a trascender varias filosofías y tener varias interpretaciones, pero su carácter esencial fue desarrollado por los taoístas, o más específicamente, en el Tao Te Ching y el Zhaungzi.
Esto es sorprendentemente similar a las opiniones de los anarquistas modernos, que de manera similar desean permitir que la sociedad adopte formas de organización más naturales y espontáneas, independientemente de las rígidas leyes jerárquicas del estado. Por ejemplo, cuando Anselme Bellegarrigue, un anarquista que participó en la revolución francesa de 1848, escribió que “la anarquía es orden, el gobierno es guerra civil”, lo hizo para afirmar que los gobiernos alteran la armonía social mediante la coacción y la violencia, mientras que la anarquía, al negar la coerción (o quizás el empleo de una forma de 'wuwei') permite que la sociedad humana se desarrolle de forma natural y, por lo tanto, más armoniosa.
Así pues, los pensamientos, reflexiones e ideas anarquistas más antiguas de que se tiene constancia proceden del filósofo chino Lao Tsé, opuesto al Estado y a la autoridad religiosa o de cualquier otro tipo. En la Antigua Grecia podemos nombrar a los sofistas, y entre ellos especialmente a Antifón de Atenas, Hipias de Elis y Alcidamas de Elea, quienes prefiguraron algunas ideas básicas del anarquismo como la crítica a la ley del Estado, o sea, las convenciones de la sociedad convertidas en ley positiva (el nomos, contrapuesto a la ley natural, o physis) y a la existencia de diferencias de clase. Los cínicos también impulsaron ideas que luego pasarían a formar parte del corpus teórico anarquista, como el cosmopolitismo, consistente en la negación de las fronteras y divisiones entre los Estados. Cuando Antístenes era interrogado acerca de su origen y nacionalidad, él respondía: "Soy cuidadano del mundo (kosmopolites)." Dentro del estoicismo podemos encontrar a Zenón de Citio, que opuso una concepción de comunidad libre de gobierno a la utopía estatista de Platón. A la Antigua Grecia pertenece también el primer uso conocido de la palabra «anarquía», en la obra Los siete contra Tebas (467 a.n.e) de Esquilo, si bien es cierto que el término se utilizaba entonces con un sentido negativo, no como referente a una doctrina contraria a la autoridad. Algunos historiadores encuentran en el discurso y la figura de Jesús de Nazaret una gran presencia de los valores anarquistas.
En el marco del reformismo religioso y social del siglo XVI en Europa, la primera presentación literaria de una ideal sociedad igualitaria es la Utopía de Tomás Moro (1516); los anabaptistas son a veces considerados como precursores religiosos del anarquismo moderno, destacando especialmente el teólogo y activista político Thomas Müntzer, líder revolucionario durante la Guerra de los campesinos alemanes que sacudió el Sacro Imperio Romano Germánico. En 1532 fue escrita la obra Gargantúa y Pantagruel, de François Rabelais, en la que se describía la Abadía de Thélema como un lugar donde sus habitantes vivían sin necesidad de gobierno, leyes o religión. También en esa misma época puede considerarse como un precursor del anarquismo a Étienne de La Boétie, así como al reformador protestante Gerrard Winstanley, fundador de los Igualitarios Auténticos, quien publicó un panfleto llamando por la propiedad comunal y social y una organización económica forjada a partir de pequeñas comunidades agrícolas en el siglo XVII. Tanto el socialismo utópico así como el liberalismo radical presentan asimismo grandes semejanzas con el anarquismo moderno.
Ya en la ilustración, uno de los primeros teóricos que influiría en el anarquismo sería Jean-Jacques Rousseau, especialmente en cuanto a su teoría sobre la naturaleza bondadosa del hombre y sobre la organización cooperativista y desinteresada de las sociedades primitivas. La Revolución francesa proporcionó al anarquismo el ideal revolucionario como método rápido y efectivo de lograr el desarrollo social, hecho que lo vinculó de forma implícita al uso de la violencia.
En la década de 1840, Pierre-Joseph Proudhon en Francia y Josiah Warren en Estados Unidos alcanzaron el anarquismo independientemente a partir de la crítica de las doctrinas utópicas socialistas, particularmente las de Charles Fourier y Robert Owen respectivamente.
El pensamiento de Proudhon impresionó fuertemente a Marx (quien trató de demolerlo teóricamente en 1847), a Stirner, en Alemania, y a Bakunin, en Rusia. También tuvieron gran acogida en España, en la figura de Pi y Margall, por medio de su obra La reacción y la revolución: estudios políticos y sociales (1854), y sus traducciones al español de los libros de Proudhon.
Entre los pueblos eslavos, debido la opresiva supremacía de la gran Rusia y Polonia, la creación de federaciones anarquistas se convirtió en un sueño para muchos, pero fue entre la nobleza que las ideas humanitarias del siglo XVIII encontraron eco. Bakunin se libraría de las concepciones y filosofías absolutas que hasta entonces le dominaron, gracias a la lectura que hizo de Feuerbach, y su pensamiento se volvió profundamente anarquista y revolucionario. Pero en ausencia de otras figuras libertarias con las cuales colaborar en París hacía 1846, Bakunin continuó madurando su pensamiento al tiempo que se sumergía en la idea de una fraternización de los pueblos eslavos en una utopía federalista.
En 1868 entró en la Internacional, y con sus camaradas se separó de la Liga de la Paz y la Libertad para fundar la «Alianza internacional», que se afiliará e ingresará en la Internacional, donde supuestamente ya estaba infiltrado en lo que se llamaba la «Fraternidad». Se iniciaba así un conflicto entre los partidarios de Bakunin y los de Marx por el control de la organización que acabó con la ruptura de la Internacional en 1872, cuando Marx lanzó sobre Bakunin una acusación fundada en documentos secretos llegados a sus manos, facilitando la expulsión de Bakunin de la Internacional.
El conflicto entre el estatismo autoritario de la «dictadura del proletariado», propuesta por Marx, y la inmediata destrucción del Estado que defendía Bakunin, acabó propiciando el distanciamiento entre anarquismo y marxismo y la salida de los anarquistas de dicha organización; para el socialismo antiautoritario de Bakunin, «la dictadura del proletariado estaba abocada a convertirse en dictadura sobre el proletariado», y así sucedió. El sindicalismo iba extendiéndose entre el movimiento obrero, especialmente en España, sobre todo en Cataluña y Andalucía. Tras la derrota francesa en la Guerra Franco-prusiana, tuvo lugar la Comuna de París en la primavera de 1871, una breve revolución con un gobierno popular y federativo, reivindicado tanto por marxistas como por colectivistas.
En Estados Unidos, Henry David Thoreau expresó en su ensayo Desobediencia Civil (Civil Disobedience, 1849) un alegato a favor de la resistencia individual al gobierno en oposición a una situación injusta. Su pensamiento, crítico con la industrialización y el progreso, pone el énfasis en la experiencia individual del mundo natural, como se aprecia en su conocido libro Walden (1854), y se convirtió en un antecedente del anarquismo ecologista.
Hacia 1880 había tres concepciones anarquistas vigentes, el colectivismo en España; la individualista-mutualista en Estados Unidos y el anarcocomunismo, que se difundía en el resto de Europa. Formulado por primera vez en la sección italiana de la Primera Internacional por Carlo Cafiero, Errico Malatesta y Andrea Costa, entre otros, tuvo como pensadores esenciales a Piotr Kropotkin, Élisée Reclus y al ya mencionado Errico Malatesta. Inicialmente convivió con el colectivismo, y no sería hasta después de la muerte de Bakunin que comenzaron las disputas entre ambos movimientos. Para Kropotkin y Reclus, la cooperación y la ayuda mutua eran un factor evolutivo que había permitido triunfar al ser humano como especie.
Con las fuertes emigraciones europeas hacia los países americanos el anarcosindicalismo arraigó en USA y así tuvo lugar la famosa huelga por la jornada laboral de ocho horas del 1 de mayo de 1886 que llevó tres días más tarde a la Revuelta de Haymarket y a la muerte de los llamados mártires de Chicago (1886-87), escalera de acontecimientos que dio origen a la actual celebración del 1 de mayo como Día Internacional de los Trabajadores.
En otoño de 1910 se constituyó la Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T.) Su vida pública fue corta debido a los arrestos que se hicieron días después, pero los sindicatos y secciones comenzaron de nuevo el proceso de reconstitución, primero en Cataluña en 1913-1914, y ya nacionalmente en 1915 en Ferrol. Para 1931, tras una difícil trayectoria llena de luchas y de mártires, de huelgas generales y persecuciones, clandestinidad y vida pública, la cifra de miembros de la CNT rondaba el millón de afiliados.
A nivel teórico, en los escritos y vidas de Bakunin, Kropotkin y León Tolstói, Rusia contribuyó probablemente más que cualquier otro país al desarrollo del anarquismo como movimiento internacional. No obstante, en la misma Rusia el movimiento anarquista tardó en aparecer, y se mantuvo en un segundo plano frente a los mencheviques y bolcheviques del Partido Social Demócrata en las ciudades, el Partido Social Revolucionario en las zonas rurales y el Bundismo en Polonia. Solo al final de su trayectoria, durante la Guerra Civil Rusa que siguió a la Revolución de Octubre, entre 1918 y 1921, el anarquismo ruso tuvo una breve y repentina gloria, cuando los campesinos de Ucrania se unieron por decenas de miles a las banderas del Ejército Negro, la guerrilla anarquista liderada por Néstor Majnó.
Mientras los bolcheviques necesitaron el apoyo anarquista en su lucha en el sur del antiguo imperio ruso, cooperaron con Majnó, pero cuando la derrota del Ejército Blanco se hizo evidente, procedieron a la eliminación total del majnovismo, en una sangrienta limpieza llevada a cabo tanto por la Cheka como por el Ejército Rojo de Lenin. No obstante, la organización social y económica libertaria, basada en comunas autónomas, fueron dominantes entre el campesinado hasta el periodo de colectivización forzosa estalinista.
En Corea los anarquistas de la Federación Anarquista Coreana inmigrantes en la región de Shinmin (en Manchuria, China) organizaron la Provincia Libre de Shinmin, a fines de 1929. Se declararon autónomos política y económicamente, asociándose en una estructura descentralizada y federativa bajo la administración de la Asociación del Pueblo Coreano en Manchuria (APCM); abarcó una población de cerca de dos millones de personas. También se organizó un ejército guerrillero popular liderado por el anarquista Kim Jwa-jin, que se enfrentó a las fuerzas japonesas de ocupación y a los estalinistas chinos.
Tras los intentos de liberación de Casas Viejas y la Revolución de Asturias de 1934 que fueron suprimidos por el ejército de la Segunda República, el ambiente político en España se encontraba muy polarizado. Cuando el 16 de febrero de 1936 el Frente Popular (una alianza de fuerzas liberales y de izquierda apoyada por los socialistas y anarquistas revolucionarios) ganó las elecciones con un programa de reforma radical, se creó un clima pre-revolucionario que fue respondido con un levantamiento militar cuyo fracaso dio origen a la Guerra Civil Española, y en su marco a la llamada Revolución Española de 1936, una de las más importantes experiencias libertarias de todos los tiempos.
A comienzos de la década de 1940 se unieron la Solidaridad Internacional Antifacista de Cuba y la Federación de Grupos Anarquistas de Cuba, creando la organización nacional Asociación Libertaria de Cuba, la cual tenía miles de miembros. Entre 1944 y 1947 la Federación Anarco-Comunista de Bulgaria volvió a surgir, como parte del movimiento de comités de fábrica y de puestos de trabajo, pero fue reprimida por el nuevo régimen marxista-leninista. En 1945 la Fédération Anarchiste fue establecida en Francia, así como la también sintetista Federazione Anarchica Italiana en Italia; anarquistas coreanos formaron la Liga de Constructores Sociales Libres en septiembre de 1945 y en 1946 anarquistas japoneses de distinta tendencia se unieron bajo la Federación Anarquista Japonesa. Un Congreso Internacional Anarquista con delegados europeos fue realizado en mayo de 1948. Entre 1956 se fundó la Federación Anarquista Uruguaya, y en 1955 la Federación Anarco-Comunista de Argentina cambió de nombre a Federación Libertaria Argentina.
También hubo anarquistas implicados en las revueltas alrededor del fin de dictaduras como las de Franco en España o La Junta Militar Griega; o resistiendo contra el ascendente neo-fascismo y nuevas dictaduras como las de Uruguay y Argentina.
El anarquismo continuó siendo una influencia en importantes personalidades de la literatura y la intelectualidad de este periodo, como Albert Camus, Herbert Read, Paul Goodman, Dwight Macdonald, Allen Ginsberg, Julian Beck y el grupo surrealista francés, liderado por André Breton, quien se alineó abiertamente con el anarquismo y colaboró en la Fédération Anarchiste.
Uno de los escritores libertarios de mayor relevancia literaria fue el ruso León Tolstói, anarquista pacifista de raíz cristiana, precursor de las tendencias naturalistas libertarias, autor de grandes clásicos de la literatura universal, como Guerra y Paz y Ana Karénina. También es enormemente conocido George Orwell, quien a pesar de no haberse autodeclarado anarquista, destaca por su enorme carácter antiautoritario y sus críticas al comunismo autoritario de Stalin. Orwell estuvo presente en la Revolución social española de 1936 y en la Guerra Civil española, experiencia que le serviría para escribir Homenaje a Cataluña. Otros libros suyos muy conocidos son 1984 y Rebelión en la granja. Dentro de este mismo período tomaría importancia ligado a la filosofía y literatura existencialista la figura de Albert Camus, quien escribió la novela La peste la obra de teatro Estado de sitio y el ensayo explícitamente libertario El hombre rebelde, aparte de sus obras filosóficas y colaboraciones en periódicos y organizaciones libertarias.
Otros literatos que se pueden incluir son Octave Mirbeau (novelista y dramaturgo), Henry Thoreau, Oscar Wilde y William Morris, críticos de la sociedad capitalista industrialista y defensores de la soberanía individual.
¿Y si el anarquismo tenía razón?
Si aceptamos hoy que el Estado y el derecho son funcionales al mantenimiento de los privilegios y que reproducen el inmovilismo social, y si aceptamos que el Estado (opresor) mismo es un esclavo del capital y que está tomado por corporaciones y grupos económicos; si convenimos en que los partidos políticos actuales están más interesados en su disputa por el poder y en sus guerras intestinas que en representar y gestionar los intereses de la sociedad; si nos percatamos de que la política y sus elecciones, en su mayoría, son una pantomima, un circo demagógico y un espectáculo que se reproduce cada cuatro años y que busca sólo el cambio de amos, etc., algunas de las apuestas anarquistas tienen un gran potencial emancipatorio. Veamos.
Una sociedad sin Estado y sin derecho, requiere un alto desarrollo ético. No sin razón se ha ligado al anarquismo con la filosofía kantiana donde la responsabilidad es el correlato de la libertad. Solo una libertad responsable, un ejercicio de la autonomía del individuo, un alto sentido de la co-existencia y la responsabilidad social, hacen superfluo- en buen grado- al derecho y al normativismo encarnado en las instituciones de control social. Entre más ética sea una sociedad, menos derecho requiere; y, por otro lado, cuanto más fuerte sea el derecho penal, menos autorresponsabilidad existe. Sólo un fortalecimiento de la ética, la libertad, la responsabilidad, hacen posible el soñado autogobierno y auto-organización de la sociedad anarquista.
Por eso, para favorecer la auto-organización de la sociedad, su autogobierno, el anarquismo acudió al federalismo frente al centralismo burocrático; frente a las estructuras verticales, promovió las relaciones horizontales: de ahí la necesidad de tomar las decisiones de manera asamblearia, de apostarle a la auto-gestión, a la producción colectiva, a la solidaridad y a la ayuda mutua, como pensaba Kropotkin y como ilustró en su clásico libro El apoyo mutuo de 1902. En ese libro, el naturalista ruso mostró que la ayuda mutua y la cooperación eran claves en la evolución y en la reproducción de la existencia humana. De tal manera que no era sólo la selección de las especies y la competencia los determinantes del éxito de las especies y del humano en la historia, como lo había proclamado hasta la saciedad el darwinismo social, y hoy su neuroliberalismo y la psicopolítica que lo avala y lo alaba. De esta manera era posible apostarle a una sociedad donde se trabajara tres o cuatro horas a la semana, se eliminara la producción dañina y donde el hombre tuviera su vestido, su vivienda y su pan diario, y donde pudiera multiplicar sus necesidades artísticas y de goce, esas mismas cuya satisfacción hoy “solo se reservan a un menor número”. En esas instituciones, las federales y las asambleas, así como en los principios enumerados, reside en parte el atractivo del anarquismo, pues lo que este exige es una gran capacidad para crear formas alternativas de vida más allá de las que conocemos o hemos experimentado en la sociedad capitalista actual.
Sin duda, el exceso de población mundial, la actual preponderancia de la sociedad urbana, el productivismo moderno con su correspondiente consumismo exacerbado, etc., presentan grandes retos al anarquismo, pero también es cierto que éste, en el siglo XX, ha evolucionado y se ha mantenido como una opción válida de futuro. Basta mirar las apuestas de Carlos Taibo en su libro Repensar la anarquía para observar la confluencia de su propuesta con otras como las del Buen Vivir/Vivir Bien, apuestas raizales, movimientos autonomistas, la puesta en marcha de prácticas y modos alternativos de política y economía. A Estas se suman otras propuestas más complejas como la necesidad del decrecimiento, la desmercantilización de la vida y las relaciones sociales, la desurbanización, la recomunalización, la re-ruralización; la necesidad de despatriarcalizar las relaciones sociales y hasta el llamado a destecnologizar. Para Taibo, todo esto es necesario si se quiere evitar el “colapso” o lo que otros han llamado la crisis civilizatoria en curso.
Hay que decir, finalmente, que el anarquismo no es caos y desorden, es que le apuesta a la construcción de otro orden sin jerarquías ni amos; no es que prescinda del gobierno, es que le apuesta al autogobierno; no es que el anarquismo rechace las instituciones, es que se propone crear acuerdos basados en el consenso sin imposiciones oligarquicas; no es que rechace toda democracia, es que opta por la democracia directa y por ejercicio verdadero de la soberanía popular. Por lo demás, hay que decir que si el discurso crea subjetividades y éstas crean identidades o identificaciones que se reflejan en las formas de vida, frente al panorama actual no está demás azuzar la imaginación política para avizorar otros modos de existencia. Esto es plenamente posible, pues mientras haya hombres hay historia, y la historia es el reino de la posibilidad en el reino de la necesidad…la historia siempre está abierta a la creación. Parte de las ideas del anarquismo pueden incorporarse a una utopía, a una comunidad imaginada, ello atendiendo siempre a la realidad concreta y al devenir de la estructura abierta y dinámica de la realidad, al fin y al cabo, como dijo Wallerstein: “Las imágenes del futuro influyen en el modo en que los seres humanos actúan en el presente”. Y ahí está la clave del cambio.
Auroville: La ciudad donde se vive sin dinero desde hace más de 50 años y que lucha contra el capitalismo pacíficamente.
Un utópico asentamiento en India, es hoy para muchos un perfecto experimento de convivencia y para otros, un lugar inseguro convertido en parque temático de turistas.
Una sociedad sin policía, en la que no se maneja el dinero, no existen las religiones y cada uno aporta su habilidad a la comunidad. Estos fueron los pilares sobre los que en 1968 se instaló en la costa de Tamil Nadu (India) un grupo de personas dispuestas a llevar adelante su propia utopía, una ciudad experimento. Eran personas libres, cuyas vidas serían regidas por doce virtudes: igualdad, generosidad, receptividad, perseverancia, humildad, sinceridad, gratitud, aspiración, coraje, bondad, paz y progreso. La llamaron Auroville, después 50 años aún anda lejos de lograr el ideal con el que nació.
Auroville se fundó como una meca de la forma de vida alternativa. En las escuelas se enseña en función de lo que el niño quiera aprender esa semana, todo lo que se consume es orgánico, no se vende alcohol, cuenta con una de las cocinas con energía solar más grandes del mundo, todo es gratuito (desde la lavandería y jardinería hasta cursos de filosofía y masajes)... Las decisiones se toman de forma consensuada a través de tres órganos ciudadanos.
La estancia mínima del visitante es de dos meses si se accede a uno de los proyectos y no todo el mundo llega a adaptarse. Según cuenta Fabienne, que lleva 40 años en la comunidad, es frecuente encontrarse con personas y grupos que llegan con entusiasmo y abandonan pronto y otras que no son aceptadas por la comunidad porque no cumplen con los requerimientos (no contribuyen laboralmente, alteran el orden social...). Y que cuando se entra, el problema es cómo salir de allí. Después de vivir durante años sin generar dinero, si uno decide marcharse, no cuenta con recursos para comprar ni un billete. También se han dado muchos casos de personas que abandonan Auroville y tras unos años, regresan, incapaces de integrarse socialmente en ningún otro lugar exterior.
Esta falta de fronteras (32 entradas y ninguna valla) también ha generado problemas de inseguridad. Varias mujeres han denunciado ataques por parte de habitantes de los pueblos vecinos contrarios al modo de vida de la comunidad. Además, la lista de espera para vivir en el asentamiento es de dos años por la falta de viviendas y la sensación de residir en un parque temático es constante por su relativa dependencia del turismo.
El objetivo inicial era construir una ciudad para 50.000 personas, aunque actualmente sus residentes ascienden a 6.000, de 36 nacionalidades distintas, la mitad de ellos indios. Solo 2.700 tienen derecho a voto. Sus habitantes aseguran que ha logrado ser un lugar autosuficiente gracias al turismo, la exportación de alimentos y productos artesanales, así como la implantación de sus proyectos de música y arquitectura en el exterior.
Pero hay más utopías anarquistas ocultas, y más en la historia, que investigaremos en la segunda parte de este artículo, junto con sus filosofías y todos los esfuerzos para que fracasen. También tocaremos la historia de los sistemas políticos y formas de estratificación, y los motivos del surgimiento del estado y el monetarismo-capitalismo para acabar con toda posibilidad de sociedad libre y responsable autogestionada. ¡Capitalismo hasta la extinción!
Bibliografia:
Anarquismo (Wikipedia_castellano)
Anarquismo y marxismo, diferencias (Wikipedia_castellano)
¿Y si el anarquismo tenía razón? (Al poniente)
Entre la Plataforma y el partido: las tendencias autoritarias y el anarquismo (lapeste.org)
La ciudad donde se vive sin dinero cumple 50 años (el país)
Descubren una civilización que vivió sin guerras ni desigualdad durante 700 años (acv)
85 años del Consejo de Aragón, el primer y último gobierno libertario del mundo
www.theanarchistlibrary.org/listing
無爲: 'Wu Wei' and Anarchy as Order (www.thecommoner.org.uk)
Anarchy and Taoism | Tao Te Ching : An Anarchist Manifesto (Angie speaks)
vykthors.wordpress.com/historias/#iranarquismo
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